Debido a su coste y complejidad, muchas organizaciones todavía no han invertido en una solución PAM. Si bien esto no deja de ser cierto para algunas
La gestión del acceso privilegiado (PAM, por sus siglas en inglés) protege los sistemas y las cuentas más críticos de una organización de los accesos no autorizados, por lo que es importante contar con una buena estrategia de PAM. Algunas de las prácticas recomendadas para desarrollar una buena estrategia PAM incluyen la implementación de acceso de privilegios mínimos, el monitoreo de cuentas privilegiadas, la adopción de prácticas recomendadas en materia de seguridad de contraseñas, la necesidad de la autenticación multifactor y de la auditoría de privilegios de forma regular.
Siga leyendo para obtener más información sobre la gestión del acceso privilegiado y las siete prácticas recomendadas que su organización debe implementar para proteger sus datos privilegiados.
La importancia de la gestión del acceso privilegiado
La gestión del acceso privilegiado es el proceso de gestión y protección de las cuentas que tienen acceso privilegiado a los sistemas, bases de datos, aplicaciones e infraestructura de red confidenciales. La PAM desempeña un papel importante en la capacidad de una organización para proteger la información confidencial y evitar las violaciones de seguridad. Gracias a la PAM, las organizaciones disfrutan de visibilidad total sobre toda su infraestructura de datos, lo que mejora la seguridad y ayuda a cumplir con los requisitos reglamentarios, como RGPD, HIPAA y SOX.
7 prácticas recomendadas de PAM que las organizaciones deben seguir
Para desarrollar una buena estrategia PAM, las organizaciones deben seguir estas siete prácticas recomendadas.
1. Aplicar el acceso de privilegios mínimos
La implementación del acceso de privilegios mínimos reduce la superficie de ataque de una organización, minimiza las amenazas internas y evita los movimientos laterales. El principio de mínimo privilegio es un concepto de seguridad cibernética que solo brinda a los usuarios acceso de red a los sistemas e información que necesitan para hacer su trabajo y nada más. Al limitar el acceso a las cuentas privilegiadas y lo que dichas cuentas privilegiadas son capaces de hacer, las organizaciones pueden reducir los puntos de acceso no autorizado potenciales y mitigar los efectos de las violaciones de datos. Para implementar el acceso de privilegios mínimos, las organizaciones deben invertir en una solución PAM. Una solución PAM es una herramienta centralizada que permite a las organizaciones proteger y gestionar cuentas privilegiadas.
2. Monitoree la actividad de las cuentas privilegiadas
Las organizaciones deben identificar todas las cuentas privilegiadas de su red y gestionarlas adecuadamente. Cuando identifiquen las cuentas privilegiadas, deben eliminar cualquier cuenta innecesaria para limitar así el número de cuentas privilegiadas. Las organizaciones deben verificar que las cuentas privilegiadas tengan los niveles de acceso adecuados. A continuación, deben comprobar quién accede a estas cuentas privilegiadas y cómo las utilizan. Esto ayudará a identificar cualquier comportamiento anormal de los usuarios no autorizados y a eliminarlos de inmediato de la cuenta. Las soluciones PAM suelen incluir funciones de gestión de cuentas privilegiadas y monitoreo de sesiones privilegiadas que permiten a las organizaciones gestionar los permisos de los usuarios privilegiados y supervisar su actividad.
3. Implementar los accesos de justo el tiempo necesario
El acceso de justo el tiempo necesario es cuando los privilegios, tanto humanos como de dispositivos, se modifican en tiempo real y la duración de sus sesiones tiene un tiempo predeterminado. Esto garantiza que los usuarios y los dispositivos disfrutan del acceso privilegiado a los recursos solo cuando lo necesitan. Limita la cantidad de acceso a los recursos limitados durante un tiempo determinado y garantiza que los usuarios no disfruten del acceso privilegiado más tiempo del necesario. Esto ayuda a evitar el uso indebido del acceso privilegiado por parte de las amenazas internas y evita el movimiento lateral dentro de la red por parte de usuarios no autorizados. Con una solución PAM, las organizaciones pueden aplicar el acceso de justo el tiempo necesario a las cuentas privilegiadas para que disfruten de un acceso temporal.
4. Segmentar las redes
La segmentación de la red divide y aísla partes de la red para controlar quién tiene acceso a la información confidencial. Estos segmentos se separan en función del tipo de recursos confidenciales y de los usuarios que necesitan acceder a ellos. Las organizaciones pueden establecer estos segmentos de red utilizando una solución PAM para monitorear y gestionar su acceso. Esto limita el acceso a toda la red y solo permite a los usuarios acceder a los recursos que necesitan para hacer su trabajo. La segmentación de la red evita que los cibercriminales se desplacen lateralmente por toda una red y limita a los usuarios no autorizados solo a la red a la que han accedido. Para proteger aún más la red, las organizaciones pueden crear microsegmentos que aíslan partes de la red dentro de los segmentos.
5. Adoptar las prácticas recomendadas en materia de seguridad de contraseñas
Para proteger las cuentas privilegiadas, las organizaciones deben adoptar las prácticas recomendadas en materia de seguridad de contraseñas. Los cibercriminales intentarán utilizar ataques relacionados con contraseñas, como la fuerza bruta, para descifrar las credenciales de inicio de sesión de las cuentas privilegiadas. Las organizaciones deben proteger las cuentas privilegiadas con contraseñas seguras y exclusivas. Las contraseñas seguras, tanto largas como complejas, hacen que sea difícil para los cibercriminales adivinar o descifrar las contraseñas. Cada cuenta privilegiada debe tener una contraseña exclusiva para evitar que varias cuentas sean vulneradas mediante el relleno de credenciales.
Las organizaciones también deben garantizar que sus contraseñas se almacenen correctamente en un gestor de contraseñas. Un gestor de contraseñas es una herramienta que almacena y gestiona de forma segura las contraseñas en una bóveda cifrada digitalmente. La bóveda de contraseñas se encuentra protegida por varias capas de cifrado y solo se puede acceder a ella utilizando una contraseña maestra. Ayuda a evitar que los cibercriminales utilicen malware para robar contraseñas almacenadas en ubicaciones no cifradas. Un gestor de contraseñas también ayuda a identificar las contraseñas no seguras y pide a los usuarios que las fortalezcan. Algunos gestores de contraseñas también permiten a los empleados compartir contraseñas de forma segura utilizando métodos como Compartir una sola vez. Las soluciones PAM suelen incluir capacidades de gestión de contraseñas que permiten a las organizaciones comprender las prácticas de sus empleados en materia de contraseñas y aplicar las prácticas recomendadas en materia de seguridad de contraseñas.
6. Exigir la autenticación MFA
Exigir la autenticación multifactor (MFA, por sus siglas en inglés) para las cuentas privilegiadas es necesario para poder proporcionar capas adicionales de seguridad y garantizar así que solo los usuarios autorizados tengan acceso. La MFA es un protocolo de seguridad que requiere que los usuarios proporcionen más de una forma de autenticación para obtener acceso a un servicio, una aplicación o una base de datos. La MFA requiere diferentes tipos de factores de autenticación para que los usuarios puedan verificar su identidad. Estos diferentes tipos de factor de autenticación consisten en algo que usted conoce, algo que tiene, algo que es y algún lugar en el que se encuentra. Por ejemplo, un usuario debe proporcionar algo que conoce, como una contraseña o un PIN, además de algo que tiene, como una llave de seguridad o una contraseña de un solo uso basada en el tiempo (TOTP, por sus siglas en inglés) de una aplicación de autenticación. Las soluciones PAM con capacidades de gestión de contraseñas permiten a las organizaciones imponer la MFA en las cuentas privilegiadas.
7. Auditar los privilegios de forma regular
Una vez se ha establecido una estrategia PAM, las organizaciones deben auditar los privilegios de forma regular para evitar el avance de privilegios. El avance de privilegios consiste en que las personas pueden llegar a acumular accesos de red de forma gradual, más allá de lo que necesitan para desempeñar su trabajo. Esto a menudo ocurre debido a la falta de un sistema PAM centralizado. Al auditar los privilegios de forma regular con una solución PAM, las organizaciones pueden comprobar si los usuarios tienen los privilegios necesarios para hacer su trabajo y eliminar los que ya no necesitan. Auditar de forma regular los privilegios también ayuda a las organizaciones a determinar qué cuentas deben eliminarse porque ya no se utilizan.
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La mejor manera de proteger y gestionar las cuentas privilegiadas es con una solución PAM. Con una solución PAM, las organizaciones pueden gestionar quién puede acceder a las cuentas privilegiadas, a qué pueden acceder y la seguridad de las cuentas privilegiadas. KeeperPAM™ es un gestor del acceso privilegiado, de confianza cero y conocimiento cero, que brinda a las organizaciones visibilidad, seguridad y control completos sobre todos los usuarios privilegiados de su red. Combina Keeper Enterprise Password Manager (EPM), Keeper Secrets Manager® (KSM) y Keeper Connection Manager® (KCM) para proteger las contraseñas, credenciales, secretos, privilegios y conexiones de una organización, todo desde una misma herramienta.