La gestión del acceso privilegiado (PAM) es un subconjunto de la gestión de la identidad y el acceso (IAM) que aborda específicamente el control del acceso
Su organización puede conseguir que nadie tenga privilegios permanentes siguiendo las prácticas recomendadas, como aplicar el acceso de privilegios mínimos, implementar el acceso justo a tiempo (JIT) y supervisar y auditar de forma continua el acceso privilegiado. Adoptar estas prácticas recomendadas garantiza que el acceso privilegiado solo se conceda cuando sea necesario y durante el menor tiempo posible, lo que reduce significativamente la superficie de ataque de su organización y mejora la seguridad general.
Siga leyendo para descubrir la importancia de que nadie tenga privilegios permanentes y las prácticas recomendadas que debe adoptar su organización para implementarlos de forma eficaz.
La importancia de lograr que nadie tenga privilegios permanentes
Con privilegios permanentes se hace referencia al acceso continuo y, a menudo, sin restricciones a sistemas críticos o datos sensibles. Si bien estos privilegios a menudo son necesarios para determinadas tareas administrativas, pueden suponer un riesgo de seguridad si no se controlan. Con el tiempo, los privilegios permanentes puede provocar un avance de privilegios, que consiste en la acumulación gradual de privilegios innecesarios a medida que los empleados asumen nuevos roles y responsabilidades. Si un actor de amenazas logra vulnerar la cuenta de un usuario con privilegios permanentes, podrá moverse libre y lateralmente por la red de su organización, lo que incrementará su nivel de acceso y potencialmente causará daños más generalizados.
Conseguir que nadie tenga privilegios permanentes contribuye a mitigar este riesgo al garantizar que el acceso privilegiado solo se conceda cuando sea necesario y durante un tiempo limitado. Al limitar la duración del acceso privilegiado, las organizaciones estarán mejor protegidas frente a las violaciones de datos y los cibercriminales, ya que no podrán moverse de forma lateral por su red.
Prácticas recomendadas para lograr que nadie tenga privilegios permanentes
Estas son algunas de las prácticas recomendadas que debe adoptar su organización para lograr que nadie tenga privilegios permanentes.
Imponga el acceso de privilegios mínimos
El principio de privilegios mínimos (PoLP) es una práctica de seguridad que garantiza que los usuarios, las aplicaciones y los sistemas solo tengan el nivel mínimo de acceso necesario para desempeñar su labor. Al imponer el acceso de privilegios mínimos, limitará el daño potencial causado por el uso indebido accidental o malicioso de los privilegios. Para imponer de forma eficaz el acceso de privilegios mínimos, se puede utilizar el control de acceso basado en funciones (RBAC) para asignar permisos en función de las funciones de cada usuario.
Al definir claramente las funciones y limitar el acceso en función de las responsabilidades laborales, puede garantizar que los usuarios solo tengan acceso a los recursos y sistemas que necesitan para realizar sus tareas específicas. Esto ayuda a minimizar el riesgo de que los usuarios acumulen permisos innecesarios con el tiempo.
Implemente el acceso justo a tiempo (JIT, por sus siglas en inglés)
Una vez haya implementado el acceso de privilegios mínimos, el siguiente paso es mejorar el control de acceso de su organización con el acceso JIT. El acceso JIT lleva la aplicación de los privilegios mínimos un paso más allá al conceder permisos elevados solo cuando sea necesario y durante un tiempo limitado. Con el acceso JIT, los usuarios solicitan el acceso elevado para tareas específicas y, una vez completadas esas tareas, sus permisos se revocan automáticamente. Esto protege aún más las cuentas privilegiadas al garantizar que no queden expuestas más tiempo del necesario, lo que ayuda a reducir el riesgo de acceso no autorizado.
Implemente el acceso de confianza cero a la red (ZTNA)
El ZTNA opera según el principio de «nunca confiar, siempre verificar». Da por hecho que no se debe confiar por defecto en ningún usuario o dispositivo, ni siquiera dentro de la red. Todas las solicitudes de acceso se autentican y autorizan, al margen de la ubicación o la red. Así se garantiza que los accesos privilegiados solo se conceden tras una verificación exhaustiva.
Implemente la gestión de la delegación y elevación de privilegios (PEDM)
La PEDM gestiona tanto la elevación de privilegios como la delegación para garantizar que el acceso elevado solo se conceda cuando sea necesario. Con la PEDM, los usuarios pueden solicitar privilegios temporales, pero el acceso solo se concede tras su aprobación y es monitoreado de cerca. La PEDM también permite a los usuarios autorizados delegar el acceso elevado bajo control estricto y visibilidad total respecto a quién lo ha hecho y por qué. Esto contribuye a que las organizaciones puede conseguir que nadie tenga privilegios permanentes, garantizando que el acceso elevado es siempre temporal, está siempre justificado y disponible para su auditoría.
Controle y audite el acceso privilegiado
Para lograr que nadie tenga privilegios permanentes, es importante controlar y auditar de forma continuada el acceso privilegiado. Las soluciones de gestión del acceso privilegiado (PAM) ofrecen supervisión en tiempo real de todas las actividades privilegiadas al proporcionar registros detallados y grabar las sesiones privilegiadas. Esto permite disfrutar de una visibilidad total sobre quién está accediendo a los sistemas esenciales y qué acciones se están llevando a cabo, lo que facilita a los administradores de TI detectar cualquier acceso no autorizado, uso indebido o actividad sospechosa, al tiempo que garantiza la conformidad con los requisitos de cumplimiento normativo.
Consiga que nadie tenga privilegios permanentes gracias a KeeperPAM®
Los privilegios permanentes pueden suponer un gran riesgo para su organización, lo que hace que sea muy importante tomar los pasos necesarios para acabar con ellos. Si bien seguir las prácticas recomendadas puede ayudarle a sentar las bases, se necesita una solución de PAM para obtener una protección total.
KeeperPAM es una solución de confianza cero basada en la nube que ayuda a imponer el acceso de privilegios mínimos y a lograr a acabar con los privilegios permanentes, gracias a funciones como el RBAC, el acceso JIT, el acceso de confianza cero a la red y las capacidades avanzadas de supervisión y auditoría.
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